Una anatomía del Drama (o una teoría fuerte del teatro)


Por: David Blanco

«El trabajo de un actor no consiste en crear sentimientos, sino solo en producir las circunstancias dadas dentro de las cuáles nacen espontáneamente sentimientos verdaderos». Pushkim. La Construcción del Personaje.

En las tertulias del Café Gijón tuvimos la oportunidad de conversar el día 4 de mayo de 2020 con uno de los mayores especialistas (vivos), en materia de teatro (en español), hablamos de del profesor Doctor José – Luis García Barrientos quien tiene un currículum digno del mismo Olimpo (literario, por supuesto). El hilo conductor de la misma giró en torno a los principios de la dramatología y análisis de la dramaturgia de todos los tiempos (pasada, presente y futura).

Qué mejor que presentarlo de la misma pluma de Justo Sotelo (director de las tertulias del CJ):

«Es doctor en Filología y se licenció en Filología Hispánica y Francesa por la Complutense (UCM). En la actualidad es Profesor de Investigación del CSIC en Teoría de la Literatura. Ha sido profesor del Doctorado de «Historia y teoría del teatro» de la UCM, director de Cursos de Humanidades en la Carlos III, miembro del Doctorado de la Universidad Nacional de Cuyo (en Argentina) y catedrático de Lengua y Literatura en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid. Es también miembro fundador del Instituto del Teatro de Madrid, profesor del Máster en Teatro y Artes Escénicas de la UCM y del Máster en Creación Teatral de la UC3M y Profesor Invitado de la Universidad de las Artes de La Habana. Además es el director del Proyecto de Investigación del Plan Nacional de I+D+i del gobierno: “Análisis de la dramaturgia actual en español”: (1) “Cuba, México, Argentina, España” (2009-2011); (2) “Chile, Uruguay, Costa Rica” (2012-2014); (3) “Colombia, Venezuela, Puerto Rico” (2015-2019).»

Respiren mis estimados lectores; 1, 2, 3 (respiren), 1, 2, 3 (respiren)….

En lo personal siempre me ha fascinado el teatro, recuerdo que la primera vez que asistí a una representación tuve la suerte de poder ver la obra de Jashima Reza «Arte», magníficamente interpretada por Josep Maria Pou, Josep Maria Flotats y Carlos Hipólito. De ahí tuve la oportunidad de ser ayudante de dirección, actor, aprendiz de dramaturgo, dramaturgo y quien sabe si hasta en un futuro director… pero en ningún caso teórico porque el teatro es todo lo contrario de la parálisis del análisis… el teatro es pura acción – reacción, pura puesta en escena. Y es justo por aquí por donde quiero enfocar las reflexiones que el prof García Barrientos realizó tanto en la tertulia como en su ensayo, quiero ponerlas a prueba contra mi experiencia práctica en el teatro.

En la primera parte del ensayo se repasan los principios de la narración y de la actuación, escritura y algunas definiciones epistemológicas (palabra un tanto críptica). En la segunda parte el prof García Barrientos lleva a cabo un análisis (en términos más prácticos y comparados), de la escritura, la dicción, el tiempo, el personaje (o su construcción) y la «visión». No voy a detenerme en realizar una exposición o resumen del contenido del libro, ese es trabajo que dejo a nuestros amados seguidores de esta verde selene poética. Sin duda que un ensayo de este nivel aporta un esqueleto interior que ayuda a ordenar bastante las ideas, como una estructura de cajones que orienta a quien ya piensa, sueña y vive en el teatro. He aquí una pregunta ¿por qué se escribe teatro? ¿por qué se representa? ¿que mueve a verlo, principalmente in situ?… ¿por qué existe el teatro? ¿qué lleva al ser humano a representar ficciones? ¿a querer ser otro?

El dramaturgo concibe un mundo, cuenta una historia a través de unos personajes que no existen. Lope de Vega, esa «bestia» teatral del Siglo de Oro no sólo escribió más de mil cuatrocientas – mil ochocientas comedias (según Juan Pérez de Montalbán), sino que nos dejó uno de los textos canónicos de teoría del teatro de la época «Nuevo arte de hacer comedias en este tiempo», leído por el mismo autor ante la Academia de Madrid, del que recordamos el siguiente extracto:

«Más ninguno de todos llamar puedo

más bárbaro que yo, pues contra el arte

me atrevo a dar preceptos, y me dejo

llevar de la vulgar corriente, adonde

me llamen ignorante Italia y Francia;

pero ¿qué puedo hacer si tengo escritas»,

con una que he acabado esta semana,

cuatrocientas y ochenta y tres comedias?

Porque, fueras de seis, las demás todas

pecaron contra el arte, gravemente.

Sustento, en fin, lo que escribí, y conozco

que, aunque fuera mejor de otra manera,

no tuviera el gusto que he tenido,

porque a veces lo que es contra lo justo

por la misma razón deleita el gusto».

El dramaturgo Juan Radrigán (en cuyo taller tuve la suerte de cocinar mi primer drama), afirmaba que cada página de texto son tres minutos de representación en un escenario. Análisis teórico / textual desde la concepción de GB, ¿qué nos dice el prof García Barrientos sobre el «dramaturgo»:

¿Cómo concebirlo entonces? Seguramente como el doble teórico o el reflejo especular que resulta de la transposición hipotética del público, único sujeto de la visión, desde su posición de <<tú>> al lugar, en realidad vacío, de un <<yo>> dramático global. (pp 67, GB, Anatomía del Teatro).

¿Y sobre el texto?:

«La codificación literaria dota la <<obra>> de una cierta autonomía representativa respecto al teatro, de la que el <<texto carece>>. Tal autonomía (nunca absoluta) permite acceder al drama (a una historia dispuesta para ser representada teatralmente), a través de la lectura, es decir de la experiencia genuinamente literaria»(pp 67, GB, Anatomía del Teatro).

Ese día estaba ensayando, día de otoño, viernes en la tarde: línea

«Te escribo desde la profundidad de este verso. Desde la certidumbre de aquellos, que dicen languidecer habiendo sido olvidados por el mundo. Para ellos escribo… y para darle un buen uso a la palabra sagrada, aquella que esconde una proporción áurea y suena como el martillo de Hefesto».

Yo actor (o eso pensaba) estaba en escena, leyendo un texto (mío), frente a un público (dramático), invisible de facto pero que tampoco era necesario cuando fue concebido el texto. En esencia ¿qué hacia?, ¿declamar poesía?, ¿dotar de contenido a un vacío (el escénico)?, ¿dotar de un sentido al tiempo escénico?, ¿dotar de vida a un personaje? En el fondo, en escena en esos momentos eran tres las personas que convivían en una misma persona: yo mismo, un poeta, un dramaturgo, un actor, un espectador (de un público escénico imaginario) y en parte, al mismo tiempo, público dramático de la obra que estaba representando para mí mismo… ¿complejo? Así son los espacios, modelos de comunicación teatral (triangulares, de tipo no lineal), que se proponen en el ensayo pero que hay que entenderlos como piezas de un modelo para armar en escena.

Me pregunto qué pensaría de todo esto, de toda esta reflexión en torno a la literatura dentro de la literatura que sale y va más allá de los textos para acabar en escena. ¿Qué espacio para estas reflexiones cabría dentro de la Poética de Aristóteles?

Pero más allá de lo delineado en el ensayo, más allá de lo marcado por las fronteras de la experiencia cabe una interesante pregunta que le formulé personalmente a este gran demiurgo de la teoría del drama que es el Prof García Barrientos: ¿qué nuevos lenguajes son posibles para el teatro en este siglo XXI? ¿cuál es el futuro del drama? Y en este punto:


Cae el telón.

https://tiendateatral.com/teoria-y-referencia/10456-libro-anatomia-del-drama-una-teoria-fuerte-del-teatro-9788418322013.html

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